miércoles, 30 de enero de 2013


EL SANTO ROSARIO



1. SIGNIFICADO Y SENTIDO DEL ROSARIO

El Santo Rosario es una humilde y sencilla oración; es una antigua forma de rezar asumida por la Iglesia. Con el Rosario, podemos tener un momento de unión con Dios, a través de la Virgen María, mediante la meditación de los acontecimientos más importantes de la vida de Jesús y su Madre.

El PAPA Juan Pablo II el día 24 aniversario como Sumo Póntifice, 16 de octubre de 2002, nos presenta su maravillosa Carta Apostólica ROSARIUM VIRGINIS MARIAE, sobre el rosario en la que agrega cinco misterios, llamados Luminosos. Es la primera reforma al rosario desde que Santo Domingo de Guzmán lo introdujo en el siglo XIII.

A través del rezo del santo rosario, recordamos los misterios de salvación:
NACIMIENTO DE JESÚS.
PASIÓN Y MUERTE DE JESÚS.
RESURRECCIÓN DE CRISTO.
GLORIFICACIÓN DE MARÍA.
MOMENTOS DE LA VIDA PÚBLICA DE JESÚS.

A estos misterios los llamamos Gozozos, dolorosos, gloriosos y luminosos.

Los misterios gozosos se refieren al anuncio, nacimiento e infancia de Jesús.

Los misterios dolorosos recuerdan la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo.

Los misterios gloriosos recuerdan la resurrrección y ascención de Jesucristo y la manifestación del Espiritu Santo a los apóstoles y a la Iglesia, la glorificación de María como madre de Dios y madre nuestra.

Los misterios luminosos su contemplación nos lleva a reconocer que Cristo es la luz del mundo. Esta dimensión se manifiesta sobre todo en los años de la vida pública, cuando anuncia el evangelio del Reino.

Asi, el rezo del santo rosario es para el cristiano la reflexión y contemplación de los misterios de fe, que recoge los momentos principales de la obra de redención universal, realizada en Jesucristo.



Santo Domingo busca las ovejas perdidas.
La Madre de Dios, en persona, le enseñó a Sto. Domingo a rezar el rosario en el año 1208 y le dijo que propagara esta devoción y la utilizara como arma poderosa en contra de los enemigos de la Fe.
Domingo de Guzmán era un santo sacerdote español que fue al sur de Francia para convertir a los que se habían apartado de la Iglesia por la herejía albingense. Esta enseña que existen dos dioses, uno del bien y otro del mal. El bueno creó todo lo espiritual. El malo, todo lo material. Como consecuencia, para los albingenses, todo lo material es malo. El cuerpo es material; por tanto, el cuerpo es malo. Jesús tuvo un cuerpo, por consiguiente, Jesús no es Dios.

También negaban los sacramentos y la verdad de que María es la Madre de Dios. Se rehusaban a reconocer al Papa y establecieron sus propias normas y creencias. Durante años los Papas enviaron sacerdotes celosos de la fe, que trataron de convertirlos, pero sin mucho éxito. También habían factores políticos envueltos.

Domingo trabajó por años en medio de estos desventurados. Por medio de su predicación, sus oraciones y sacrificios, logró convertir a unos pocos. Pero, muy a menudo, por temor a ser ridiculizados y a pasar trabajos, los convertidos se daban por vencidos. Domingo dio inicio a una orden religiosa para las mujeres jóvenes convertidas. Su convento se encontraba en Prouille, junto a una capilla dedicada a la Santísima Virgen. Fue en esta capilla en donde Domingo le suplicó a Nuestra Señora que lo ayudara, pues sentía que no estaba logrando casi nada.
La Virgen acude en ayuda de Santo Domingo de Guzmán

La Virgen se le apareció en la capilla. En su mano sostenía un rosario y le enseñó a Domingo a recitarlo. Dijo que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes gracias.

Domingo salió de allí lleno de celo, con el rosario en la mano. Efectivamente, lo predicó, y con gran éxito por que muchos albingenses volvieron a la fe católica.

Lamentablemente la situación entre albingences y cristianos estaba además vinculada con la política, lo cual hizo que la cosa llegase a la guerra. Simón de Montfort, el dirigente del ejército cristiano y a la vez amigo de Domingo, hizo que éste enseñara a las tropas a rezar el rosario. Lo rezaron con gran devoción antes de su batalla más importante en Muret. De Montfort consideró que su victoria había sido un verdadero milagro y el resultado del rosario. Como signo de gratitud, De Montfort construyó la primera capilla a Nuestra Señora del Rosario.Un creciente número de hombres se unió a la obra apostólica de Domingo y, con la aprobación del Santo Padre, Domingo formó la Orden de Predicadores (mas conocidos como Dominicos). Con gran celo predicaban, enseñaban y los frutos de conversión crecían. A medida que la orden crecía, se extendieron a diferentes países como misioneros para la gloria de Dios y de la Virgen.

El rosario se mantuvo como la oración predilecta durante casi dos siglos. Cuando la devoción empezó a disminuir, la Virgen se apareció a Alano de la Rupe y le dijo que reviviera dicha devoción. La Virgen le dijo también que se necesitarían volúmenes inmensos para registrar todos los milagros logrados por medio del rosario y reiteró las promesas dadas a Sto. Domingo referentes al rosario.

3. Las promesas de la Virgen a los que recen el Santo Rosario


1. Quien rece constantemente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.

2. Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.

3. El Rosario es el escudo contra el infierno, destruye el vicio, libra de los pecados y abate las herejías.

4. El Rosario hace germinar las virtudes para que las almas consigan la misericordia divina. Sustituye en el corazón de los hombres el amor del mundo con el amor de Dios y los eleva a desear las cosas celestiales y eternas.
5. El alma que se me encomiende por el Rosario no perecerá.

6. El que con devoción rece mi Rosario, considerando sus sagrados misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá de muerte desgraciada, se convertirá si es pecador, perseverará en gracia si es justo y, en todo caso será admitido a la vida eterna.

7. Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los Sacramentos.

8. Todos los que rezan mi Rosario tendrán en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia y serán partícipes de los méritos bienaventurados.

9. Libraré bien pronto del Purgatorio a las almas devotas a mi Rosario.

10. Los hijos de mi Rosario gozarán en el cielo de una gloria singular.

11. Todo cuanto se pida por medio del Rosario se alcanzará prontamente.

12. Socorreré en sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.

13. He solicitado a mi Hijo la gracia de que todos los cofrades y devotos tengan en vida y en muerte como hermanos a todos los bienaventurados de la corte celestial.

14. Los que rezan Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.

15. La devoción al Santo rosario es una señal manifiesta de predestinación de gloria.

1. Con la cruz del rosario en su mano haga la Señal de la Cruz, y rece el "Credo de los Apóstoles".

2. Medité el Primer Misterio. (Ver: Misterios del Rosario)

3. Rece el Padre Nuestro.

4. Rece 10 "Avemarías" (una por cada cuenta pequeña); y al terminar de rezar las 10 Avemarías rece el "Gloria" la oración de Fátima y Jaculatorias.

5. Medite el Segundo Misterio

6. Rece el Padre Nuestro

7. Rece 10 ” Avemarías” y rece el “Gloria”; rece la oración de Fátima y las Jaculatorias.

8. Medite el Tercer Misterio

9. Rece el Padre Nuestro

10. Rece las 10 avemarías; y rece el Gloria, rece la oración de Fátima y las Jaculatorias.

11. Medite el Cuarto Misterio.

12. Rece el Padrenuestro.

13. Rece las 10 Avemarías y rece el “Gloria”, rece la oración de Fátima y las Jaculatorias.

14. Medite el Quinto Misterio.

15. Rece el Padrenuestro

16. Rece las 10 Avemarías y rece el Gloria, rece la oración de Fátima y las Jaculatorias.

17. Rece el Salve

18. Un Padrenuestro

19. Rece tres "Avemarías" por las intenciones del Santo Padre.

20. Rezar el Gloria y la oración de Fátima

21. Letanías de la Virgen (Lauretanas) - Es tradición añadirlas al final del Rosario. Se puede rezar la Oración a San José, la Oración a San Miguel, la Oración al Corazón Inmaculado de María, el Sub Tuum Praesidium).

Esto se reza fuera del Rosario

22. Hacer la Señal de la Cruz.


Misterios y Meditaciones:

Misterios Gozosos (Se rezan los lunes y los sábados)

1. La Encarnación del Hijo de Dios (Lucas 1:26-38).

2. La Visitación de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel (Lucas 1:39-53).

3. El Nacimiento del Hijo de Dios en Belén (Lucas 2:6-19).

4. La Purificación de Nuestra Señora (Lucas 2:22-40).

5. El Niño perdido y hallado en el Templo (Lucas 2:41-52).


Misterios Dolorosos (Se rezan los martes y los viernes)

1. La Oración del Huerto (Mateo 26:36-41).

2. La Flagelación del Señor (Juan 18:36-38; 19:1).

3. La Coronación de espinas (Marcos 15:14-17; Mateo 27:24-

4. La Cruz a cuestas (Juan 19:17; Lucas 9:23).

5. Jesús muere en la Cruz (Juan 19:25-30).


Misterios Gloriosos (Se rezan los miércoles y los domingos)

1. La Resurrección del Señor (Marcos 16:6-8).

2. La Ascensión del Señor (Mateo 28:18-20; Hechos 1:9-11).

3. La Venida del Espíritu Santo (Hechos 2:1-4).

4. La Asunción de Nuestra Señora (Cantar 2:3-6,10).

5. La Coronación de María Santísima (Cantar 6:10; Lucas 1:51-54).


Misterios Luminosos (Se rezan los jueves)

1. El Bautismo de Jesús en el Jordán 2 Co 5, 21; . Mt 3, 17.

2. Las bodas de Caná; Jn 2, 1-12.

3. El anuncio del Reino de Dios Mc 1, 15; Mc 2. 3-13; Lc 47-4

4. La Transfiguración; Lc 9, 35.

5. La Institución de la Eucaristía, expresión sacramental del misterio pascual. Jn13, 1.


¡A CRISTO POR MARÍA!!! (Juan Pablo II)

Familia que reza unida, permanece unida.
Quien reza el santo rosario, no le falta lo necesario.

La Sma. Virgen María, la Morenita de Guadalupe los bendiga cuide y proteja hoy, mañana y siempre. 


Amparo Rojas P.


sábado, 26 de enero de 2013







ORA CON LA BIBLIA EN DIVERSAS CIRCUNSTANCIAS DE TU VIDA.


El 13 de febrero comienza la CUARESMA.
 Los 40 días en preparación a la semana santa. Tiempo propicio para la reflexión, la oración, el ayuno y la solidaridad. 

Si fuéramos automóviles, la CUARESMA sería el tiempo de cambiar el aceite y afinar el motor.

Si fuéramos jardines, la CUARESMA sería tiempo de fertilizar nuestra tierra y arrancar las malas hiervas.

El ayuno y la abstinencia son signos de conversión, NO son la conversión.

El ayuno es signo de que tú:
  • Quieres "ayunar de pecados."
  • Te solidarizas con los hambrientos.
  • Prefieres el pan de la palabra.
  • Frenas el consumismo.
  • Quieres compartir lo tuyo.

La abstinencia es signo de que tú:
  • Quieres abstenerte del pecado.
  • No te comes el pan de los pobres.
  • Te mantienes en forma por dentro.




¡Conviértete y  cree en el Evangelio...!





La Confesión
¿Qué es la confesión? 
La confesión es el sacramento en el cual, por medio de la absolución del sacerdote, recibimos el perdón de nuestros pecados si nos confesamos arrepentidos. 
La sagrada Biblia dice: "Confesaos unos a otros vuestros pecados para que seáis salvos". 

¿Qué gracias o favores se obtienen 
con la confesión? 

Con la confesión se obtienen tres gracias o favores especiales: 1) Nos devuelve o nos aumenta la gracia santificante: la amistad con Dios.
2) Nos da fuerzas especiales para evitar el pecado y rechazar las tentaciones. 
3) Nos da asco y antipatía por todo lo que sea ofender a Dios. 

¿Cuántas cosas son necesarias para 
hacer una buena confesión? 

Para hacer una buena confesión son necesarias cinco cosas:
1) Un examen de conciencia
2) Arrepentirse de los pecados
3) Propósito de enmienda
4) Confesarse con el sacerdote
5) Cumplir la penitencia que impone el confesor. 

¿Qué es el examen de conciencia? 

Examen de conciencia es recordar los pecado cometidos después de la última confesión bien hecha. 

"Cada uno examine su propia conducta, porque cada cual responderá por sus pecados ante Dios". (Gálatas 6,4) 

Examen de Conciencia 

¿Cómo debemos hacer el 
examen de conciencia? 

1) Pedimos al Espíritu Santo que nos ilumine y nos recuerde cuáles son los pecados nuestros que más le están disgustando a Dios. 

2) Vamos repasando los diez mandamientos para saber qué faltas hemos cometido contra ellos. Por ejemplo: 

1. Mandamiento
¿Me acuesto o me levanto sin rezar? ¿Me avergüenzo de aparecer creyente ante los demás? ¿He creído en supersticiones, por ejemplo; amuletos, sales, brujas, lectura de naipes o de humo de cigarrillo, o espiritistas? 

2. Mandamiento
¿He dicho el Nombre de Dios sin respeto y por cualquier tontería? 

3. Mandamiento
¿He faltado a misa los domingos? ¿Cuántas veces? ¿Cuántos domingos voy a misa cada mes? 

4. Mandamiento
¿He desobedecido a mis padres? ¿No les he querido ayudar? ¿Los he tratado mal? ¿He perdido el tiempo en vez de estudiar o trabajar? 

5. Mandamiento
¿He deseado que a otros les vaya mal? ¿He peleado? ¿He dicho groserías? ¿Tengo resentimientos contra alguna persona y no le quiero perdonar? ¿No rezo por los que me han tratado mal? ¿Me he burlado de alguien? ¿He puesto sobrenombres? ¿He tratado con dureza? ¿He dicho palabras ofensivas? ¿He hablado mal de otras personas? ¿He contado lo malo que han hecho o lo que dicen de ellos? ¿He escandalizado? (o sea, ¿he enseñado lo malo a los que no lo saben?) ¿Cuántas veces? ¿Me he aprovechado de los más débiles para golpearlos o humillarlos? 

6. Mandamiento
¿He detenido en mi cerebro por varios minutos pensamientos o deseos impuros? ¿He mirado películas impuras, o revistas pornográficas o escenas impuras por televisión? ¿He dicho o celebrado chistes malos? ¿He hecho acciones impuras conmigo mismo o con algunas personas? ¿Tengo alguna amistad que me hace pecar? 

7. Mandamiento
¿He robado? ¿Cuánto vale lo que he robado? ¿Pienso devolverlo o dar eso a los pobres? ¿He devuelto lo prestado? ¿He tenido pereza en cumplir los deberes? 

8. Mandamiento
¿He dicho mentiras? ¿He inventado de otros lo que no han hecho o dicho? ¿He hecho trampas en negocios o estudios? ¿He creído que Dios no me va a ayudar? 

9. Mandamiento
¿He codiciado la mujer o el esposo de mi prójimo? ¿He mirado a un hombre a una mujer de manera impura? 

10. Mandamiento 
¿He deseado los bienes ajenos? ¿He sido envidioso? ¿He sido avaro? ¿He comido más de lo que necesito? ¿He sido orgulloso? 

¿Qué otras preguntas me debo hacer al 
examinar la conciencia? 

¿Cuáles son las faltas que más cometo y repito? ¿Cuáles serán las causas por las cuales cometo esos pecados? Por ejemplo: Soy de mal genio: ¿por que será? ¿será que no descanso? ¿Será que me disgusto por pequeñeces que no disgustan a Dios? (Lo que no disgusta a Dios no me debe disgustar a mí) ¿Será que me preocupo demasiado como si Dios no cuidara de mí y no me fuera a ayudar? ¿Será que no me conformo con lo que Dios permite que me suceda? ("Todo lo permite Dios para el bien de los que lo aman", dice la Sagrada Biblia) 

Otro ejemplo: Hablo mal de los demás. ¿Por qué será? ¿Será que vivo juzgando a los otros olvidando lo que dijo Jesús: "no juzguéis y no seréis juzgados, condenéis y no seréis condenados" (Mt 7,1), o será que trato con personas murmuradoras que me prenden su murmuradera? 

Me vienen pensamientos o deseos impuros: ¿por qué será? ¿será que veo películas impuras o malas en TV o leo revistas pornográficas o no hago bastante ejercicio físico? 

Otra pregunta: ¿Cuál será el pecado mío que más le está disgustando a Dios? Si Cristo se me apareciera a ofrecerme quitarme un pecado, ¿Cuál le pediría que me quitara? ¿Qué voy a hacer para tratar de no cometer ese pecado? 

¿Qué es arrepentirse de los pecados? 

Arrepentirse de los pecados es sentir tristeza o pesar de haber ofendido a Dios que es tan bueno y por haber hecho, pensado o dicho lo que nos hace daño a nosotros mismos o a los demás. 

Les deseo lo mejor en esta Santa cuaresma y les pido una oración especial por la paz y la conversion del mundo entero.
Amparo


ORA EN LAS DIVERSAS CIRCUNSTANCIAS DE TU VIDA



Abandono: Salmo 138.

Aflicción y tristeza: Josué 1; Salmos 42 (41) y 137 (136); Isaías 35,1-7; Mateo 26,37-38; 2 Corintios 7,10; Filipenses 4, 4-49; Tesalonicenses 4, 13-17; Juan 14.

Alegría: Judith 16, 1-2; Salmos 147 (146-147); 148; 149; Eclesiástico 30, 21-25; Mateo 5,3-12; Lucas 15,7; Juan 16,24; Romanos 15,13; Filipenses 4, 47.

Ansiedad: Mateo 6, 25-33; 10; 19; 11;28; Gálatas 6,2; Filipenses 4,6-7.


Cansancio y agobio: Mateo 11,30.

Desesperación: Salmo 34 (33); 42 (41); 2 Corintios 4.

Desprecio: Romanos 8,31-39.

Desilusión: Salmo 127.

Desánimo: Isaías 40, 2 Timoteo 3.

Duda: Juan 7,17.

Miedo y temor: Génesis 15, 1; Salmos 4, 27(26); 46 (45); 56 (55); 118 (117); Proverbios 18,10; Mateo 10,22; 14, 26-27; Lucas 2,10; 12,32; Juan 1, 1-44; 14,27; Romanos 8,18-30; 1 Corintios 15,51-58; Apocalipsis 14, 1-15.

Peligro: Salmo 90, Marcos 6,45-51; Juan 14, 1-6; Efesios 4,1-8.
Preocupación: Mateo 6, 19-34.

Responsabilidad: Eclesiástico 12,13; Miqueas 6,8; Mateo 22,37-39; Romanos 14, 7-8; Filipenses 2, 12-13.

Soledad: 1 Reyes 19, 10; Job 19, 13-14; Isaías 49, 14-16; Mateo 26,38, 2 Timoteo 4, 16-17, Juan 15.

Sufrimiento: Éxodo 2,24-25; Job 13,15; Isaías 40,1-2; Hababuc 3,17-18; Romanos 8, 28-39; 1 Corintios 10, 13; 2 Corintios 4, 16-18; 12,9; Hebreos 4,16; 12, 1; Salmos 31(30); 12-26; Juan 3,13-17; Filipenses 2, 5-11; Hebreos 4, 12-16.

Tentación y pecado: Deuteronomio 8,2; Job 1,12; Proverbios 4,14; Mateo 4,1-6; 13; 26,41; Lucas 22,31-22; 1 Corintios 10,13; Hebreos 4,15; Santiago 2,14; 1 Pedro 1, 6-7; 5, 8-9; Salmo 50.

Tristeza: Juan 14.

Valentia: Josué 1,9.

2. Instituciones y servicios.

Biblioteca: Salmos 18(17); Colosenses 3,16-17.

Caminos y vías de comunicación: Tobías 3,2; 2 Samuel 22,31; Baruc 3,20; Mateo 7,13-14.

Casa o edificio: Salmos 127(126); Lucas 10,5-9; 19,1-9.

Centro educativo: Proverbios 1,1-7; Sabiduría 7,7-20; Eclesiástico 1,1-4; 51, 18-29; Mateo 5,13-16; 11, 25-30; Efesios 4,11-24.


Clínicas y asistencia de salud: Isaías 38,10-17; Mateo 4,23-25; Lucas 10,30-37.

Instalaciones deportivas: Salmos 100(99); 1 Corintios 3,16-17; Filipenses 3,12-15.

Taller o comercio: Génesis 1, 27-31; Eclesiásticco 38; 24-34; Salmos 90 (89); Marcos 6,1-3.

Servicio: Éxodo 3,12; Marcos 10, 43-45; Juan 13,12-14; Romanos 12, 6; 1 Pedro 4,11.


Medios de comunicación: Salmos 8; Marcos 16, 14.

Vehículos y medios de transporte: Deuteronomio 6, 4-9; Salmos 23 (22), 1-6; 25, 4-10; Isaías 40,1-5; Lucas 3,3-6; Hechos 17,22-28.

Instrumentos técnicos y trabajo: Génesis 1, 1-18; Isaías 55,1-11; Salmos 29 (28), 1-4; Juan 4,6-14.

3. Relaciones familiares

Canto de un novio: Tobías 13,1-18.


Celebraciones de familias: Génesis 15,1-6; Lucas 2,22-40; 2, 41-52; Colosenses 3, 12-21; 1 Juan 3,1-2.

Esposos y matrimonios:Génesis 2, 18; Mateo 19,6; 22-30; 1 Corintios 7,39; Hebreos 13, 4.

Familia: Salmos 128 (127),1-6; Romanos 12,4-16; 1 Corintios 12, 12- 14; Efesios 4,1-6; 5, 8-21.

Hijos y su educación: Éxodo 20,12; 1 Samuel 1, 11; Tobías 10,13; Salmos 127 (126), 3-5; Proverbios 22,6; Eclesiástico 3,12; Mateo 10,37; Marcos 10,13-16; Lucas 2,51-52.

Jóvenes: Oseas 2, 21-26; Salmos 145 (144); 1 Corintios 13, 4-13; Filipenses 2,1-5; Cantar 1, 1-8; 14.

Mujer ejemplar: Proverbios 31, 10-31.

Niños (su dignidad y cuidado): Tobías 4,5-7; Proverbios 4,1-7; Mateo 19,13-15; Marcos 10,13-16.

Novios: Tobías 4,4-17; Salmos 145 (144); Oseas 2,21-26; Juan 2,13-14; Filipenses 2,1-5.

Padres: Génesis 2,24; Proverbios 31, 10; 1 Corintios 7,14; Efesios 5, 21-25; 1 Pedro 3, 1-7.

Próxima madre: 1 Samuel 1, 20-28; Salmos 33 (32),12-21; 128 (127), 1-6; Isaías 44,3; Lucas 1, 39-69.

4. Celebraciones, festividades y conmemoraciones

Acción de gracias: Salmos 136 (135); Lucas 17, 16 -18; Efesios 1,16; 5, 5-20; Colosenses 3,15; 1 Pedro 1,22.

Año nuevo: Números 6,22-29; Eclesiástico 2, 1-8; 2 Corintios 6, 1-2; Efesios 1, 15.


Bandera y fiestas patrias; Números 21, 6-9; Isaías 2,2; 11, 1-10; Romanos 8, 31-39; 1 Corintios 10,31.

Eucaristía o comunión: 1 Corintios 11, 23-30; Hechos 2,42; Juan 6, 26-29; 1 Juan 1, 6-7

Fiestas de la Santísima Virgen: 2 Samuel 1-5; Proverbios 8, 22-31; Isaías 9,2-7; Isaías 61, 9-11; Lucas 1, 26-38; 2. 15-19; Juan 2, 1-11; 19, 25-27; Hechos 1,12-14; Apocalipsis 12,1-6; 21, 1-5.
Navidad: Isaías 62,1-12; Lucas 2, 15-20; Juan 1,1-14.

Pascua de Resurrección: Éxodo 14,15-31; Ezequiel 36, 26-28; Marcos 16,1-7; Lucas 24, 1-12; Juan 20, 1-9; Romanos 6,3-11; 1 Corintios 5, 6-8; Colosenses 3,1-4.

Pentecostés o Espiritu Santo: Génesis 11,1-9; Éxodo 19, 3-8; Ezequiel 37,1-14; Joel 3,1-5; Juan 7,37-39; 20, 19-23; Hechos 2,1-11; Romanos 8,22-27.

Vacaciones y descanso: Génesis 2, 1-4; Eclesiástico 30,21-15; Isaías 30, 15, Sofonías 3,14-18; Efesios 2,17-22; Hebreos 4,1-11.
5. Oficios
Deportistas: Salmos 100 (99), 1 Corintios3,16-17; 9,24-27; Filipenses 3,12-15.

Militares: Éxodo 15, 1-18; Proverbios 15,1-20; Salmos 111 (110),1-10; Isaías 58,5-11; Mateo 25,31-46; Hechos 10,1-43; 2 Timoteo 2,4-8.

6. Lecturas diarias

Oración por la mañana: Salmos 5,56 (55); 64 (63); 99 (98); 145 (144); 148; 149; 150; Mateo 6,25-34; Lucas 11,9-13; Juan 15,1-5; Gálatas 5,16-26.

Oración de la noche: Salmos 4,51 (50); 91 (90); Lucas 2,29-35.
Bendición de la mesa: Lunes: Juan 6,32-35. Martes: Mateo 25,34-40. Miércoles: Mateo 25,34-40. Jueves: Apocalipsis: 3,19-21. Viernes: Tobías 4, 7-10. Sábado: Salmos 23 (22). Domingo: Juan 6,26.

7. Lecturas de Santos


Alabanzas de Zacarías: Lucas 1, 68-69.

Bendición de David: 1 Crónicas 29,10-13.

Bodas del Cordero: Apocalipsis 19,6-8.

Cántico nuevo del Cordero: Apocalipsis 5,9-14.

Cántico de Ana, madre de Samuel: 1 Samuel 2,1-10.

Canto del anciano Simeón: Lucas 2,29-32.

Canto de Moisés: Éxodo 15,1-8.

Curación del Rey Ezequias: Isaías 38,10-20.

Magnificat de la Santísima Virgen María: Lucas 1,46-55.

8. Lecturas a la Paz

Agradecer por la paz recobrada: Isaías 12,1-6.

Paz: Tobías 12, 17; Sabiduría 14,22; Isaías 9,6-7; 48, 22; Mateo 3,16; 5,9; Lucas 2, 14; Juan 14, 27; 20,19.

Vivir en paz: Números 6,26; Tobías 6,17; Isaías 9,6-7; Mateo 5,9; Efesios 2,14.

9. Lecturas a Dios

Alabanzas a Dios: Romanos 16,27; Efesios 3,20-21; Filipenses 4,20; 1 Tesalonicenses 3,11-13; Hebreos 13,30-21.

Amor de Dios al hombre: Deuteronomio 7,7-8; Juan 3,16; Romanos 8, 35-39; Efesios 2,4-5.

Amor del hombre a Dios: Deuteronomio 6,4-9; Salmos 116 (115),1; Juan 14,15-21; Romanos 8,28-30; 1 Corintios 2,9; 1 Corintios 16,22.


Canto nuevo para Dios: Isaías 42, 10-16.

Dios, único y verdadero: Isaías 45,15-19.

Fe y confianza en Dios: Génesis 15,6; Sabiduría 3,14; Hababuc 2,4; Mateo 9, 23-24; Marcos 11, 22-24, Juan 1, 12; Juan 20, 31; Romanos 10,9-10; Gálatas 2,20; Hebreos 11,3-6.
Grandes promesas de Dios a los que oran: Mateo 18, 19; 26-41; Lucas 11, 1-10; 12, 30; 18,1; Efesios 3,20; Santiago 5,16.

10. Lecturas a Cristo

Adoración de Cristo como Dios: Apocalipsis 41,11.

Agradecimiento a Dios por Jesucristo: Colosenses 1,12-20.

Cristo, Rey: Apocalipsis 15, 3-4.
Dios, Padre de Jesucristo: Efesios 1,3-10.

Himno a la humildad y a la grandeza de Jesucristo: Filipenses 2, 6-11.

Reinado de Cristo: Apocalipsis 11, 15-19.

11. Lecturas varias


Amor al prójimo: Éxodo 20, 12, Levítico,19, 18; Mateo 5,44-46; 7,12; 1 Corintios 13,1-7.

Autoridades: Sabiduría 6, 1-21; Proverbios 21, 1-6; 31, 1-9; Gálatas 5, 16-26; 1 Timoteo 2,1-2; Santiago 3, 13-18.

Ayuno: Isaías 58, 3-6; Mateo 4. 2: 6,16-18; Hechos 13,2-3.

Buenas noticias para los pobres: Isaías 61,1-11.

Conversión y confesión: Salmos 32(31), 3-5; Proverbios 28,13: Tobías 13,8; Hechos 14,15; 26; 18; Pedro 3,9.

Culto verdadero: Éxodo 20,3-4; Mateo 2,11; Juan 4,23-24; Hechos 2, 46-47.

Decálogo o diez mandamientos: Éxodo 20,1-17; Deuteronomio 5,1-21; Mateo 5,17-20; Romanos 8,1-8; Santiago 2,14-20.

Demonio: Génesis ,1; Job 2,7; Mateo 4,1; 8,16; 13,19; Lucas 10,17; Juan 8,44; 2 Corintios 11,14; Efesios 6,11-12; Colosenses 2,15; 1 Pedro 5,8-9; Apocalipsis 12,9-10.

Diezmo: Génesis 14,20; Deuteronomio 14,22-28; Malaquías 3, 10; Mateo 6, 2-3; Marcos 12, 42-44; Lucas 6,38; 1 Corintios 16,2.

Disciplina: Proverbios 3,11-12; Mateo 18,15-18; Hebreos 12, 7-11; Juan 2,3-6; 12-14.

Encarcelados y secuestrados: Génesis 39,20, 23; Isaías 61,1-3; Mateo 11,2; 25,39; Lucas 22, 33, 23, 25; Hechos 12, 6; 2 Corintios 16,2.

Enfermedad y enfermos: 1 Reyes 19,1-8; Job 3,1-23; 7,1-11; Sabiduría 9, 9-18; Isaías 35, 1-10; 52, 13-53, 12; Mateo 8, 1-4; 11,25-30; 15, 29-31, Marcos 2, 1-12; 10, 46-52; Lucas 11, 5-13; Juan 9,1-8; Hechos 3,1-10; Romanos 8, 14-17; 8, 18-27; Gálatas 4, 12-19.

Evangelizar: Mateo 24,14; Marcos 1,14-15; 16, 15; Lucas 4, 18-21; Hechos 20,14; 1 Corintios 9, 16-1; Corintios 13, 3-5; Gálatas 1,11-12; Filipenses 1,27; 1 Timoteo 1,11.

Flores y naturaleza: Eclesiástico24,13-24; Salmos 104 (105); 10-15.

Lamentación por las calamidades del pueblo: Jeremías 8,18-9,5.

Muerte de Familiares y amigos: Salmos 130 (129); Mateo 11, 25-30; 25, 1-13; Lucas 7, 11-17; 12, 35; Juan 11, 17-27; 12, 20-26; Romanos 5, 5-11; 6, 3-9; 1 Tesalonicenses 4, 13-18.

Negocios importantes: Mateo 18, 23-25; 22, 15-22; Lucas 12, 32-34; Romanos 8,24-28; Colosenses 1, 9-14; 1 Timoteo 4,4-5.
Obras buenas: Mateo 5,23-26; Juan 6, 28-29; Hechos 26,20; Efesios 2,8-10; 2 Timoteo 3,17; Hebreos 10,24, Santiago 2, 14-22.


Perfección: Mateo 5,48; 19,21; Romanos 12,2; Efesios 4,11-13; Filipenses 3,12-15.

Perseverancia: Mateo 11, 22; Romanos 5,4; 1 Corintios 10, 13; Colosenses 1,11; Hebreos 12,2.

Pueblo deshecho: Jeremías 14, 17-21.

Responsabilidad: Eclesiástico 12, 13; Miqueas 6,8; Mateo 22, 37-39; Romanos 14,7-8; Filipenses: 2, 12-13.

Riquezas: Deuteronomio 8,17-18; Eclesiástico 18-37; Sabiduría 7,7-14; 1 Corintios 1, 18-31.

Solidaridad: Eclesiástico 3, 9-12; 11, 1-4; Marcos 8,1-10; Lucas 6, 20-26; 10, 25-37.

Uso de la libertad: Isaías 61,1; Juan 8, 31-32; Romanos 5, 1-11; Gálatas 5,1.

Abandono: Salmo 138.

Aflicción y tristeza: Josué 1; Salmos 42 (41) y 137 (136); Isaías 35,1-7; Mateo 26,37-38; 2 Corintios 7,10; Filipenses 4, 4-49; Tesalonicenses 4, 13-17; Juan 14.

Alegría: Judith 16, 1-2; Salmos 147 (146-147); 148; 149; Eclesiástico 30, 21-25; Mateo 5,3-12; Lucas 15,7; Juan 16,24; Romanos 15,13; Filipenses 4, 47.

Ansiedad: Mateo 6, 25-33; 10; 19; 11;28; Gálatas 6,2; Filipenses 4,6-7.

Cansancio y agobio: Mateo 11,30.

Desesperación: Salmo 34 (33); 42 (41); 2 Corintios 4.

Desprecio: Romanos 8,31-39.

Desilusión: Salmo 127.

Desánimo: Isaías 40, 2 Timoteo 3.

Duda: Juan 7,17.
Miedo y temor: Génesis 15, 1; Salmos 4, 27(26); 46 (45); 56 (55); 118 (117); Proverbios 18,10; Mateo 10,22; 14, 26-27; Lucas 2,10; 12,32; Juan 1, 1-44; 14,27; Romanos 8,18-30; 1 Corintios 15,51-58; Apocalipsis 14, 1-15.

Peligro: Salmo 90, Marcos 6,45-51; Juan 14, 1-6; Efesios 4,8.Preocupación: Mateo 6, 19-34.

Responsabilidad: Eclesiástico 12,13; Miqueas 6,8; Mateo 22,37-39; Romanos 14, 7-8; Filipenses 2, 12-13.


Soledad: 1 Reyes 19, 10; Job 19, 13-14; Isaías 49, 14-16; Mateo 26,38, 2 Timoteo 4, 16-17, Juan 15.


Sufrimiento: Éxodo 2,24-25; Job 13,15; Isaías 40,1-2; Hababuc 3,17-18; Romanos 8, 28-39; 1 Corintios 10, 13; 2 Corintios 4, 16-18; 12,9; Hebreos 4,16; 12, 1; Salmos 31(30); 12-26; Juan 3,13-17; Filipenses 2, 5-11; Hebreos 4, 12-16.

Tentación y pecado: Deuteronomio 8,2; Job 1,12; Proverbios 4,14; Mateo 4,1-6; 13; 26,41; Lucas 22,31-22; 1 Corintios 10,13; Hebreos 4,15; Santiago 2,14; 1 Pedro 1, 6-7; 5, 8-9; Salmo 50.

Tristeza: Juan 14.


Valentía: Josué 1,9.

2. Instituciones y servicios.


Biblioteca: Salmos 18(17); Colosenses 3,16-17.

Caminos y vías de comunicación: Tobías 3,2; 2 Samuel 22,31; Baruc 3,20; Mateo 7,13-14.

Casa o edificio: Salmos 127(126); Lucas 10,5-9; 19,1-9.


Centro educativo: Proverbios 1,1-7; Sabiduría 7,7-20; Eclesiástico 1,1-4; 51, 18-29; Mateo 5,13-16; 11, 25-30; Efesios 4,11-24.

Clínicas y asistencia de salud: Isaías 38,10-17; Mateo 4,23-25; Lucas 10,30-37.

Instalaciones deportivas: Salmos 100(99); 1 Corintios 3,16-17; Filipenses 3,12-15.

Taller o comercio: Génesis 1, 27-31; Eclesiásticco 38; 24-34; Salmos 90 (89); Marcos 6,1-3.

Servicio: Éxodo 3,12; Marcos 10, 43-45; Juan 13,12-14; Romanos 12, 6; 1 Pedro 4,11.


Medios de comunicación: Salmos 8; Marcos 16, 14.

Vehículos y medios de transporte: Deuteronomio 6, 4-9; Salmos 23 (22), 1-6; 25, 4-10; Isaías 40,1-5; Lucas 3,3-6; Hechos 17,22-28.

Instrumentos técnicos y trabajo: Génesis 1, 1-18; Isaías 55,1-11; Salmos 29 (28), 1-4; Juan 4,6-14.

3. Relaciones familiares

Canto de un novio: Tobías 13,1-18.

Celebraciones de familias: Génesis 15,1-6; Lucas 2,22-40; 2, 41-52; Colosenses 3, 12-21; 1 Juan 3,1-2.


Esposos y matrimonios:Génesis 2, 18; Mateo 19,6; 22-30; 1 Corintios 7,39; Hebreos 13, 4.


Familia: Salmos 128 (127),1-6; Romanos 12,4-16; 1 Corintios 12, 12- 14; Efesios 4,1-6; 5, 8-21.

Hijos y su educación: Éxodo 20,12; 1 Samuel 1, 11; Tobías 10,13; Salmos 127 (126), 3-5; Proverbios 22,6; Eclesiástico 3,12; Mateo 10,37; Marcos 10,13-16; Lucas 2,51-52.

Jóvenes: Oseas 2, 21-26; Salmos 145 (144); 1 Corintios 13, 4-13; Filipenses 2,1-5; Cantar 1, 1-8; 14.

Mujer ejemplar: Proverbios 31, 10-31.

Niños (su dignidad y cuidado): Tobías 4,5-7; Proverbios 4,1-7; Mateo 19,13-15; Marcos 10,13-16.


Novios: Tobías 4,4-17; Salmos 145 (144); Oseas 2,21-26; Juan 2,13-14; Filipenses 2,1-5.

Padres: Génesis 2,24; Proverbios 31, 10; 1 Corintios 7,14; Efesios 5, 21-25; 1 Pedro 3, 1-7.

Próxima madre: 1 Samuel 1, 20-28; Salmos 33 (32),12-21; 128 (127), 1-6; Isaías 44,3; Lucas 1, 39-69.

4. Celebraciones, festividades y conmemoraciones

Acción de gracias: Salmos 136 (135); Lucas 17, 16 -18; Efesios 1,16; 5, 5-20; Colosenses 3,15; 1 Pedro 1,22.

Año nuevo: Números 6,22-29; Eclesiástico 2, 1-8; 2 Corintios 6, 1-2; Efesios 1, 15.


Bandera y fiestas patrias; Números 21, 6-9; Isaías 2,2; 11, 1-10; Romanos 8, 31-39; 1 Corintios 10,31.

Eucaristía o comunión: 1 Corintios 11, 23-30; Hechos 2,42; Juan 6, 26-29; 1 Juan 1, 6-7.

Fiestas de la Santísima Virgen: 2 Samuel 1-5; Proverbios 8, 22-31; Isaías 9,2-7; Isaías 61, 9-11; Lucas 1, 26-38; 2. 15-19; Juan 2, 1-11; 19, 25-27; Hechos 1,12-14; Apocalipsis 12,1-6; 21, 1-5.

Navidad: Isaías 62,1-12; Lucas 2, 15-20; Juan 1,1-14.

Pascua de Resurrección: Éxodo 14,15-31; Ezequiel 36, 26-28; Marcos 16,1-7; Lucas 24, 1-12; Juan 20, 1-9; Romanos 6,3-11; 1 Corintios 5, 6-8; Colosenses 3,1-4.

Pentecostés o Espiritu Santo: Génesis 11,1-9; Éxodo 19, 3-8; Ezequiel 37,1-14; Joel 3,1-5; Juan 7,37-39; 20, 19-23; Hechos 2,1-11; Romanos 8,22-27.

Vacaciones y descanso: Génesis 2, 1-4; Eclesiástico 30,21-15; Isaías 30, 15, Sofonías 3,14-18; Efesios 2,17-22; Hebreos 4,1-11.

5. Oficios

Deportistas: Salmos 100 (99), 1 Corintios3,16-17; 9,24-27; Filipenses 3,12-15.

Militares: Éxodo 15, 1-18; Proverbios 15,1-20; Salmos 111 (110),1-10; Isaías 58,5-11; Mateo 25,31-46; Hechos 10,1-43; 2 Timoteo 2,4-8.

6. Lecturas diarias.

Oración por la mañana: Salmos 5,56 (55); 64 (63); 99 (98); 145 (144); 148; 149; 150; Mateo 6,25-34; Lucas 11,9-13; Juan 15,1-5; Gálatas 5,16-26.

Oración de la noche: Salmos 4,51 (50); 91 (90); Lucas 2,29-35.

Bendición de la mesa: Lunes: Juan 6,32-35. Martes: Mateo 25,34-40. Miércoles: Mateo 25,34-40. Jueves: Apocalipsis: 3,19-21. Viernes: Tobías 4, 7-10. Sábado: Salmos 23 (22). Domingo: Juan 6,26.

7. Lecturas de Santos

Alabanzas de Zacarías: Lucas 1, 68-69.

Bendición de David: 1 Crónicas 29,10-13

Bodas del Cordero: Apocalipsis 19,6-8.

Cántico nuevo del Cordero: Apocalipsis 5,9-14.

Cántico de Ana, madre de Samuel: 1 Samuel 2,1-10.

Canto del anciano Simeón: Lucas 2,29-32.

Canto de Moisés: Éxodo 15,1-8.

Curación del Rey Ezequias: Isaías 38,10-20.

Magnificat de la Santísima Virgen María: Lucas 1,46-55.

8. Lecturas a la Paz

Agradecer por la paz recobrada: Isaías 12,1-6.

Paz: Tobías 12, 17; Sabiduría 14,22; Isaías 9,6-7; 48, 22; Mateo 3,16; 5,9; Lucas 2, 14; Juan 14, 27; 20,19.

Vivir en paz: Números 6,26; Tobías 6,17; Isaías 9,6-7; Mateo 5,9; Efesios 2,14.

9. Lecturas a Dios


Alabanzas a Dios: Romanos 16,27; Efesios 3,20-21; Filipenses 4,20; 1 Tesalonicenses 3,11-13; Hebreos 13,30-21.

Amor de Dios al hombre: Deuteronomio 7,7-8; Juan 3,16; Romanos 8, 35-39; Efesios 2,4-5.

Amor del hombre a Dios: Deuteronomio 6,4-9; Salmos 116 (115),1; Juan 14,15-21; Romanos 8,28-30; 1 Corintios 2,9; 1 Corintios 16,22.

Canto nuevo para Dios: Isaías 42, 10-16.

Dios, único y verdadero: Isaías 45,15-19.

Fe y confianza en Dios: Génesis 15,6; Sabiduría 3,14; Hababuc 2,4; Mateo 9, 23-24; Marcos 11, 22-24, Juan 1, 12; Juan 20, 31; Romanos 10,9-10; Gálatas 2,20; Hebreos 11,3-6.

Grandes promesas de Dios a los que oran: Mateo 18, 19; 26-41; Lucas 11, 1-10; 12, 30; 18,1; Efesios 3,20; Santiago 5,16.

10. Lecturas a Cristo

Adoración de Cristo como Dios: Apocalipsis 41,11.

Agradecimiento a Dios por Jesucristo: Colosenses 1,12-20.

Cristo, Rey: Apocalipsis 15, 3-4.

Dios, Padre de Jesucristo: Efesios 1,3-10.

Himno a la humildad y a la grandeza de Jesucristo:


Filipenses 2, 6-11.

Reinado de Cristo: Apocalipsis 11, 15-19.

11. Lecturas varias

Amor al prójimo: Éxodo 20, 12, Levítico,19, 18; Mateo 5,44-46; 7,12; 1 Corintios 13,1-7.

Autoridades: Sabiduría 6, 1-21; Proverbios 21, 1-6; 31, 1-9; Gálatas 5, 16-26; 1 Timoteo 2,1-2; Santiago 3, 13-18.

Ayuno: Isaías 58, 3-6; Mateo 4. 2: 6,16-18; Hechos 13,2-3.

Buenas noticias para los pobres: Isaías 61,1-11.

Conversión y confesión: Salmos 32(31), 3-5; Proverbios 28,13: Tobías 13,8; Hechos 14,15; 26; 18; Pedro 3,9.

Culto verdadero: Éxodo 20,3-4; Mateo 2,11; Juan 4,23-24; Hechos 2, 46-47.

Decálogo o diez mandamientos: Éxodo 20,1-17; Deuteronomio 5,1-21; Mateo 5,17-20; Romanos 8,1-8; Santiago 2,14-20.

Demonio: Génesis ,1; Job 2,7; Mateo 4,1; 8,16; 13,19; Lucas 10,17; Juan 8,44; 2 Corintios 11,14; Efesios 6,11-12; Colosenses 2,15; 1 Pedro 5,8-9; Apocalipsis 12,9-10.

Diezmo: Génesis 14,20; Deuteronomio 14,22-28; Malaquías 3, 10; Mateo 6, 2-3; Marcos 12, 42-44; Lucas 6,38; 1 Corintios 16,2.

Disciplina: Proverbios 3,11-12; Mateo 18,15-18; Hebreos 12, 7-11; Juan 2,3-6; 12-14.

Encarcelados y secuestrados: Génesis 39,20, 23; Isaías 61,1-3; Mateo 11,2; 25,39; Lucas 22, 33, 23, 25; Hechos 12, 6; 2 Corintios 16,2.

Enfermedad y enfermos: 1 Reyes 19,1-8; Job 3,1-23; 7,1-11; Sabiduría 9, 9-18; Isaías 35, 1-10; 52, 13-53, 12; Mateo 8, 1-4; 11,25-30; 15, 29-31, Marcos 2, 1-12; 10, 46-52; Lucas 11, 5-13; Juan 9,1-8; Hechos 3,1-10; Romanos 8, 14-17; 8, 18-27; Gálatas 4, 12-19.

Evangelizar: Mateo 24,14; Marcos 1,14-15; 16, 15; Lucas 4, 18-21; Hechos 20,14; 1 Corintios 9, 16-1; Corintios 13, 3-5; Gálatas 1,11-12; Filipenses 1,27; 1 Timoteo 1,11.

Flores y naturaleza: Eclesiástico24,13-24; Salmos 104 (105); 10-15.

Lamentación por las calamidades del pueblo: Jeremías 8,18-9,5.

Muerte de Familiares y amigos: Salmos 130 (129); Mateo 11, 25-30; 25, 1-13; Lucas 7, 11-17; 12, 35; Juan 11, 17-27; 12, 20-26; Romanos 5, 5-11; 6, 3-9; 1 Tesalonicenses 4, 13-18.

Negocios importantes: Mateo 18, 23-25; 22, 15-22; Lucas 12, 32-34; Romanos 8,24-28; Colosenses 1, 9-14; 1 Timoteo 4,4-5.

Obras buenas: Mateo 5,23-26; Juan 6, 28-29; Hechos 26,20; Efesios 2,8-10; 2 Timoteo 3,17; Hebreos 10,24, Santiago 2, 14-22.

Perfección: Mateo 5,48; 19,21; Romanos 12,2; Efesios 4,11-13; Filipenses 3,12-15.

Perseverancia: Mateo 11, 22; Romanos 5,4; 1 Corintios 10, 13; Colosenses 1,11; Hebreos 12,2.

Pueblo deshecho: Jeremías 14, 17-21.

Responsabilidad: Eclesiástico 12, 13; Miqueas 6,8; Mateo 22, 37-39; Romanos 14,7-8; Filipenses: 2, 12-13.

Riquezas: Deuteronomio 8,17-18; Eclesiástico 18-37; Sabiduría 7,7-14; 1 Corintios 1, 18-31.

Solidaridad: Eclesiástico 3, 9-12; 11, 1-4; Marcos 8,1-10; Lucas 6, 20-26; 10, 25-37.

Uso de la libertad: Isaías 61,1; Juan 8, 31-32; Romanos 5, 1-11; Gálatas 5,1.





viernes, 25 de enero de 2013


NO AL ABORTO NO A LA EUTANASIA

En el día del juicio, Jesús dirá a los que estén a su derecha: "Vengan, entren en el Reino. Porque tuve hambre y me dieron de comer; tuve sed y me dieron de beber; estuve enfermo y me visitaron..." Y luego el Señor dirá a los que estén a su izquierda: "Apártense de mí, porque estuve hambriento y no me dieron de comer; estuve sediento y no me dieron de beber; estuve enfermo y no me visitaron". Y ellos le preguntarán: "¿Cuándo te vimos hambriento, sediento o enfermo, y no te asistimos? Jesús les responderá entonces: "Todo lo que no hicieron por el más pequeño de sus hermanos, tampoco lo hicieron por mí.”
Por eso, como decía la Madre Teresa de Calcúta, hay que dar al hermano "hasta que nos duela." No es suficiente que digamos: "Amo a Dios", sino que también tengo que amar a mi prójimo.  San Juan dice que soy un mentiroso si digo que amo a Dios y no ama a mi prójimo.  ¿Cómo puedo amar a Dios a quien no veo, si no amo al prójimo a quien veo, a quien puedo tocar, con quien yo vivo? De ahí que sea tan importante tomar conciencia de que el amor, para ser verdadero, tiene que "dolernos" un poco. Debe ser un amor dispuesto a hacer todo lo que esté a nuestro alcance, así nos cueste. 



Hace cuarenta años fue legalizado el aborto en Estados Unidos y se me desgarra el alma de dolor al saber que no se ha terminado este día y se cuentan 751 abortos. No me puede caber en la cabeza que esta cantidad de criaturas indefensas hayan sido asesinadas por sus propias madres. Si ellas tuvieron la oportunidad de nacer, ¿por qué no le permiten a sus hijos nacer? ¿por qué hacen de sus vientres una tumba?
Encendamos una vela en la oscuridad, demos un buen consejo a tiempo,  rompamos el silencio y digamos: ¡¡ No al aborto, no a la eutanasia, sí a la vida!!!
Elevemos una oración por esta causa.
El Señor los bendiga.




ORACIÓN POR LA PAZ

«Señor, haz de mí un instrumento de tu paz.
Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.
Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón.
Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión.
Que allá donde hay error, yo ponga la verdad.
Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe.
Que allá donde desesperación, yo ponga la esperanza.
Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz.
Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría.
Oh Señor, que yo no busque tanto ser consolado, cuanto consolar,
ser comprendido, cuanto comprender,
ser amado, cuanto amar.
Porque es dándose como se recibe,
es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo,
es perdonando, como se es perdonado,
es muriendo como se resucita a la vida eterna».

(San Francisco de Asís).





jueves, 24 de enero de 2013


ORACIÓN

Durante el fin de semana, mientras Lucerito, mi querida Madre  descansaba a las 11:31 p.m. aproveche un espacio para continuar mi blog y me encontré con esta oración que el Padre Adriano solía hacer después de la comunión… la oración es preciosa así que la “rescate”  para compartirla aquí con ustedes… Dios me los bendiga!!!

 ¡Es maravilloso, Señor!

¡Es maravilloso, Señor! Tener los brazos abiertos, cuando hay tantos mutilados. Mis ojos ven, cuando hay tantos sin luz. Mi voz que canta, cuando hay tantos que enmudecen. Mis manos que trabajan, cuando hay tantos que mendigan. Es maravilloso volver a casa, cuando hay tantos que no tienen a donde ir.
Yo vivo, amo, sonrío y sueño; otros lloran, odian y se revuelven en pesadillas. Tener un Dios en quien creer, cuando hay tantos que no sienten consuelo, ni tienen fe.
Por todo… ¡ Gracias, Señor!

LA FE


EL AÑO DE LA FE ES PARA TESTIMONIAR LA FE CON CORAJE EN TODOS LOS AMBIENTES. 
(Benedicto XVI).




Tener fe es “ACEPTAR” lo que Dios permite en nuestra vida aunque no lo entendamos, aunque no nos guste. Si tuviéramos la capacidad de ver el fin desde el principio tal como Él lo ve, entonces podríamos saber por qué a veces conduce nuestra vida por sendas extrañas y contrarias a nuestra razón y a nuestros deseos.

Tener fe es “DAR” cuando no tenemos, cuando nosotros mismos necesitamos. La fe siempre saca algo valioso de lo aparentemente inexistente; puede hacer que brille el tesoro de la generosidad en medio de la pobreza y el desamparo, llenando de gratitud tanto al que recibe, como al que da.

Tener fe es “CREER” en lugar de recurrir a la duda, que es lo más fácil. Si la llama de la confianza se extingue, entonces ya no queda más remedio que entregarse al desánimo. 

Para muchos creer en nuestras bondades, posibilidades y talentos, tanto como en los de nuestros semejantes, es la energía que mueve la vida hacia grandes derroteros. Pero todavía hay una forma mas elevada de creer. Saber que nuestra vida está en las manos de Dios y que Él es quien cuida de nosotros.

Tener fe es “GUIAR, DIRIGIR” nuestra vida, pero no con la vista, sino con el corazón. La razón necesita muchas evidencias para arriesgarse, el corazón necesita sólo un rayo de esperanza. Las cosas más bellas y grandes que la vida nos regala no se pueden ver, ni siquiera palpar, sólo se pueden acariciar con el espíritu.

Tener fe es “LEVANTARSE” cuando se ha caído. Los reveses y fracasos en cualquier área de la vida nos entristecen, pero es más triste quedarse lamentándose en el frío suelo de la autocompasión, atrapado por la frustración y la amargura.

Tener fe es “ARRIESGAR” todo a cambio de un sueño, de un amor, de un ideal. Nada de lo que merece la pena en esta vida puede lograrse sin esa dosis de sacrificio que implica desprenderse de algo o de alguien, a fin de adquirir eso que mejore nuestro propio mundo y el de los demás.

Tener fe es “VER” positivamente hacia adelante, no importa cuán incierto parezca el futuro o cuán doloroso el pasado. Quien tiene fe hace del hoy un fundamento del mañana y trata de vivirlo de tal manera que cuando sea parte de su pasado, pueda verlo como un grato recuerdo.

Tener fe es “CONFIAR” pero confiar no sólo en las cosas y en las personas, sino en el Dios que obra, actúa y habla a través de las personas. Muchos confían en lo material, pero viven relaciones huecas con sus semejantes. Cierto que siempre habrá gente que lastime y traicione tu confianza, así que lo que tienes que hacer es seguir confiando y sólo ser más cuidadoso(a) con aquel en quien confías dos veces.

Tener fe es “BUSCAR” lo imposible: sonreír cuando tus días se encuentran nublados y tus ojos se han secado de tanto llorar. Tener fe es no dejar nunca de desnudar tus labios con una sonrisa, ni siquiera cuando estés triste, porque nunca sabes cuándo tu sonrisa puede dar luz y esperanza a la vida de alguien que se encuentre en peor situación que la tuya.

Tener fe es “ANDAR” por los caminos de la vida de la misma forma en que lo hace un niño. Tomados de la mano de nuestro padre. Tener fe es dejar nuestros problemas en manos de DIOS y arrojarnos a sus brazos antes que al abismo de la desesperación. Fe es descansar en Él para que nos cargue, en vez de cargar nosotros nuestra propia colección de problemas.

“Que en tu vida haya suficiente fe para afrontar y esperar que las situaciones difíciles cambien, y la necesaria humildad para aceptar que muchas veces el que tiene que cambiar, eres tú.



ORACION POR MI PARROQUIA

María, Madre de la Iglesia, ésta es hoy mi oración:
Gracias por mi parroquia.
iEstoy recibiendo tanto de ella!
iTengo tanto que agradecerle!
En ella te estoy descubriendo,
en ella estoy aprendiendo a amar a Jesús y a seguirte.
Desde ella escucho su Buena Noticia,
desde ella recibo el pan necesario para el camino.
Cuando me canso, me deja su palabra de ánimo,
cuando me caigo, me entrega tu perdón.
Cuando me siento débil, ella me fortalece,
cuando me duermo, ella me despierta.
Gracias, María, por mi parroquia,
Gracias por los niños y los jóvenes,
por los mayores y los ancianos.
Todos, formamos tu Comunidad, tu Iglesia.
También hoy quiero pedirte
por ella , Virgen María,
por sus grupos y actividades,
por su gente.
¡Cuánto me ayudan!
Que seamos un rincón cálido,
un lugar donde nos queramos y respetemos, un espacio donde vivamos como hermanos,                                                  
donde, unidos, trabajemos por el Reino.
Y te ruego algo más,
con la fuerza de que soy capaz.
Que mi parroquia no luche por sí y por su causa.
Se empeñe, más bien, en la causa de llevar el Evangelio,
especialmente a los vecinos más alejados de la fe.
Que no destaquemos por hacer muchas cosas,
por ser muchos e importantes.
Que nos conozcan, Madre del Cielo, por vivir y construir
el Mandamiento del amor fraterno, como tu lo viviste.
María, te doy gracias por mi Parroquia.
María Madre, te pido por mi Comunidad.
Guárdanos siempre en tu regazo de Madre junto a Jesús.

Amén.



Balance del año según – Mamerto Menapace. Como él mismo dice. . VALE LA PENA LEERLO, ANALIZARLO Y REFLEXIONARLO.

Publicado el diciembre 28, 2012

“Mi percepción a medida que envejezco es que no hay años malos. Hay años de fuertes aprendizajes y otros que son como un recreo, pero malos no son. Creo firmemente que la forma en que se debería evaluar un año tendría más que ver con cuánto fuimos capaces de amar, de perdonar, de reír, de aprender cosas nuevas, de haber desafiado nuestros egos y nuestros apegos.

Por eso, no debiéramos tenerle miedo al sufrimiento ni al tan temido fracaso, porque ambos son sólo instancias de aprendizaje

Nos cuesta mucho entender que la vida y el cómo vivirla, depende de nosotros, el cómo enganchamos con las cosas que no queremos, depende sólo del cultivo de la voluntad

Si no me gusta la vida que tengo, deberé desarrollar las estrategias para cambiarla, pero está en mi voluntad el poder hacerlo. “Ser feliz es una decisión”, no nos olvidemos de eso.

Entonces, con estos criterios me preguntaba qué tenía que hacer yo para poder construir un buen año porque todos estamos en el camino de aprender todos los días a ser mejores y de entender que a esta vida vinimos a tres cosas: - a aprender a amar – a dejar huella – a ser felices.

En esas tres cosas debiéramos trabajar todos los días, el tema es cómo y creo que hay tres factores que ayudan en estos puntos:

-Aprender a amar la responsabilidad como una instancia de crecimiento. El trabajo sea remunerado o no, dignifica el alma y el espíritu y nos hace bien en nuestra salud mental. Ahora el significado del cansancio es visto como algo negativo de lo cual debemos deshacernos y no cómo el privilegio de estar cansados porque eso significa que estamos entregando lo mejor de nosotros. A esta tierra vinimos a cansarnos,…….

-Valorar la libertad como una forma de vencerme a mí mismo y entender que ser libre no es hacer lo que yo quiero. Quizás deberíamos ejercer nuestra libertad haciendo lo que debemos con placer y decir que estamos felizmente agotados y así poder amar más y mejor.

-El tercer y último punto a cultivar es el desarrollo de la fuerza de voluntad, ese maravilloso talento de poder esperar, de postergar gratificaciones inmediatas en pos de cosas mejores. Hacernos cariño y tratarnos bien como país y como familia, saludarnos en los ascensores, saludar a los guardias, a los choferes de los micros, sonreír por lo menos una o varias veces al día. Querernos.

Crear calidez dentro de nuestras casas, hogares, y para eso tiene que haber olor a comida, cojines aplastados y hasta manchados, cierto desorden que acuse que ahí hay vida. Nuestras casas independientes de los recursos, se están volviendo demasiado perfectas que parece que nadie puede vivir adentro.

Tratemos de crecer en lo espiritual, cualquiera sea la visión de ello. La trascendencia y el darle sentido a lo que hacemos tiene que ver con la inteligencia espiritual.

Tratemos de dosificar la tecnología y demos paso a la conversación, a los juegos “antiguos”, a los encuentros familiares, a los encuentros con amigos, dentro de casa.

Valoremos la intimidad, el calor y el amor dentro de nuestras familias. Si logramos trabajar en estos puntos y yo me comprometo a intentarlo, habremos decretado ser felices, lo cual no nos exime de los problemas, pero nos hace entender que la única diferencia entre alguien feliz o no, no tiene que ver con los problemas que tengamos sino que con la ACTITUD con la cual enfrentemos lo que nos toca.

Dicen que las alegrías, cuando se comparten, se agrandan. Y que en cambio, con las penas pasa al revés. Se achican.

Tal vez lo que sucede, es que al compartir, lo que se dilata es el corazón. Y un corazón dilatado esta mejor capacitado para gozar de las alegrías y mejor defendido para que las penas no nos lastimen por dentro”.

MAMERTO MENAPACE
Monje benedictino